Sin duda, en mayor o menor grado, todos conocemos los cargos principales de las fiestas de moros y cristianos. No hace falta explicar quienes son los Capitanes, Abanderadas, Embajadores, Sargentos, etc... Sin embargo, hace ya muchísimos años, existía un cargo que desapareció sin dejar rastro, se trataba de "la Rodella".
Y es que no tenemos datos para descubrir su origen y el significado de la función que realizaba. Al parecer desapareció cuado todavía no se había fundado ninguna de las comparsas que existen actualmente, aunque como digo, no hay datos que señalen al año exacto de su desaparición, pues en aquellos años, la celebración de las fiestas era algo inestable, y no se celebraban todos los años, siendo sustituidas por diversos festejos que a veces no eran lo suficientemente aceptados.
Volviendo al tema de la Rodella, existe un documento que hace una mínima referencia a este antiguo cargo, se trata del Reglamento de la Sociedad de Comparsas de Moros y Cristianos de 1913, que podría ser el documento regulador de la fiesta más antiguo que tenemos en Ibi, y en el que podemos leer en el artículo 5: "Los cargos de Capitán y Alférez serán desempeñados con preferencia por los individuos de la Corporación que se ofrezcan voluntarios, prefiriéndose a los que entregasen mayor cantidad para el fondo de la misma y caso de no presentarse ninguno, con tal carácter, se procederá al sorteo entre los asociados, abonándose del fondo común los gastos que el cargo origine, o sean, para el capitán, arcabuces, pólvora, pistones, dos trajes para cargadores y el de la Rodella."
Como vemos, es apenas una línea que hace referencia al traje del personaje de la Rodella, como gasto a efectuar por el Capitán.
Hay que aclarar, que la palabra Rodella (en castellano Rodela, y en latín Rotela) hacía referencia a un escudo redondo y de una sola asa, que atado al brazo izquierdo permitía cubrirse el pecho fácilmente con él.
Pues bien, la Rodella era representada, en todos su casos, por una niña, siempre de una edad de entre seis a nueve años normalmente. Se distinguía por su traje, si correspondía al bando Moro o al Cristiano. Sus atuendos eran muy característicos, un escudo metálico fino, pintado con alegorías moras o cristianas, según procediese; y una varita o bastón. En la fotografía de la izquierda podéis ver una imagen de la Rodella de la comparsa Escoceses en 1912, Angela Bornay Miró, junto a su padre Juan Bornay Monllor, el Capitán.
Los escudos, eran propiedad de la Sociedad de Comparsas, y eran redondos, planos y de un diámetro de unos 36 centímetros, aunque si no intervenía la Sociedad, variaban en función de la categoría del Capitán, en cuanto al nivel de su economía se refiere, al igual que el traje pudiera ser más o menos lujoso.
En cuanto a su función, se limitaba a estar enlazada a su correspondiente Capitán. En la entrada, desfiles, batallas o guerrillas, no tenía intervención directa, simplemente acompañaba a la Abanderada y a la Cantinera (otro cargo que llama la atención). Así pues, el segundo y tercer día de fiestas después de terminada la Misa Mayor de mediodía, a la salida de la misma se iniciaba el Acto denominado de la Rodella. Éste consistía en lo siguiente: el Capitán se situaba con sus respectivos servidores, como si de un alardo normal se tratase. Delante del mismo a unos siete metros se situaba la Rodella, de cara a su Capitán, con el escudo en su mano izquierda, y la varita en la derecha, con un pañuelito de seda bordado con encajes que al parecer le servía, para empuñarla con elegancia, haciendo como de guante. Entonces, cuando el Capitán disparaba, justo en ese momento, la Rodella tendría el pecho y parte del rostro cubierto por el escudo, y la varita hacia arriba en posición vertical. Una vez efectuado el disparo, de una forma muy ceremoniosa bajaba los brazos, inclinando el cuerpo en una reverencia bajando a la vez la varita hasta el suelo, como señal al parecer de acatamiento y sumisión a su Capitán.
Terminado esto, daba media vuelta y adelantaba unos pasos ya convenidos previamente, en la medida que avanzaba también el Capitán, y repitiendo esta acción durante todo el recorrido que era desde la Plaza de la Iglesia, Empedrat, Manuel Soler, Ravalet, hasta llegar a les Eres, donde estaba el castillo, justo delante de la fuente (la que actualmente está en la glorieta de España). Llegadas las Rodellas con sus capitanes, se daba por finalizado, cerrando el acto las Abanderadas y Embajadores.
Hay que tener en cuenta que este acto se hacía a un ritmo algo acelerado, ya que a cada disparo tenía que avanzar la Rodella, y por lo tanto, su Capitán.
Como comentaba anteriormente, no conocemos el año en que desapareció este singular personaje, pero se pude afirmar que coincidió con la disolución de la Sociedad de Comparsas de Moros y Cristianos, sobre los años 20 del pasado siglo. Un cargo, sin duda que había que recordar y darlo a conocer a todo aquel que no supiese de su existencia.
Para terminar, comentar que la imagen que hay al principio, corresponde al escudo que llevó la Rodella por la comparsa Garibaldinos, Rita Rico Guillem, (hija de Bautista Rico Hernández, "Batiste de la Plaça de Bous"), en el año 1900. Sin duda, una joya digna de conservarse, y de ser expuesta, tanto por su antiguedad, como por lo que significa, y por el valor de la imagen, una pintura al óleo, de la Virgen de los Desamparados pintada por un ibense, D.Miguel Pina Pérez (el tío Miquel el Pintor).
Desde febrero de 2015, el escudo se encuentra expuesto en la planta superior del Museo de la Fiesta, gracias a la cesión que realizó Julio Ramón Domenech Sanjuán, nieto de Rita Rico Guillem.
Desde aquí os animo a todos a visitar el Museo, y admirar esa joya de la historia festera ibense.
Ibi-bloggers, como siempre, un saludo.
Fuente: Tanto las fotografías como la información la he obtenido de un artículo de Feranando García Esteve, que aparece en el libro de Fiestas de Moros y Cristianos de 1982.
Y es que no tenemos datos para descubrir su origen y el significado de la función que realizaba. Al parecer desapareció cuado todavía no se había fundado ninguna de las comparsas que existen actualmente, aunque como digo, no hay datos que señalen al año exacto de su desaparición, pues en aquellos años, la celebración de las fiestas era algo inestable, y no se celebraban todos los años, siendo sustituidas por diversos festejos que a veces no eran lo suficientemente aceptados.
Volviendo al tema de la Rodella, existe un documento que hace una mínima referencia a este antiguo cargo, se trata del Reglamento de la Sociedad de Comparsas de Moros y Cristianos de 1913, que podría ser el documento regulador de la fiesta más antiguo que tenemos en Ibi, y en el que podemos leer en el artículo 5: "Los cargos de Capitán y Alférez serán desempeñados con preferencia por los individuos de la Corporación que se ofrezcan voluntarios, prefiriéndose a los que entregasen mayor cantidad para el fondo de la misma y caso de no presentarse ninguno, con tal carácter, se procederá al sorteo entre los asociados, abonándose del fondo común los gastos que el cargo origine, o sean, para el capitán, arcabuces, pólvora, pistones, dos trajes para cargadores y el de la Rodella."
Como vemos, es apenas una línea que hace referencia al traje del personaje de la Rodella, como gasto a efectuar por el Capitán.
Hay que aclarar, que la palabra Rodella (en castellano Rodela, y en latín Rotela) hacía referencia a un escudo redondo y de una sola asa, que atado al brazo izquierdo permitía cubrirse el pecho fácilmente con él.
Pues bien, la Rodella era representada, en todos su casos, por una niña, siempre de una edad de entre seis a nueve años normalmente. Se distinguía por su traje, si correspondía al bando Moro o al Cristiano. Sus atuendos eran muy característicos, un escudo metálico fino, pintado con alegorías moras o cristianas, según procediese; y una varita o bastón. En la fotografía de la izquierda podéis ver una imagen de la Rodella de la comparsa Escoceses en 1912, Angela Bornay Miró, junto a su padre Juan Bornay Monllor, el Capitán.
Los escudos, eran propiedad de la Sociedad de Comparsas, y eran redondos, planos y de un diámetro de unos 36 centímetros, aunque si no intervenía la Sociedad, variaban en función de la categoría del Capitán, en cuanto al nivel de su economía se refiere, al igual que el traje pudiera ser más o menos lujoso.
En cuanto a su función, se limitaba a estar enlazada a su correspondiente Capitán. En la entrada, desfiles, batallas o guerrillas, no tenía intervención directa, simplemente acompañaba a la Abanderada y a la Cantinera (otro cargo que llama la atención). Así pues, el segundo y tercer día de fiestas después de terminada la Misa Mayor de mediodía, a la salida de la misma se iniciaba el Acto denominado de la Rodella. Éste consistía en lo siguiente: el Capitán se situaba con sus respectivos servidores, como si de un alardo normal se tratase. Delante del mismo a unos siete metros se situaba la Rodella, de cara a su Capitán, con el escudo en su mano izquierda, y la varita en la derecha, con un pañuelito de seda bordado con encajes que al parecer le servía, para empuñarla con elegancia, haciendo como de guante. Entonces, cuando el Capitán disparaba, justo en ese momento, la Rodella tendría el pecho y parte del rostro cubierto por el escudo, y la varita hacia arriba en posición vertical. Una vez efectuado el disparo, de una forma muy ceremoniosa bajaba los brazos, inclinando el cuerpo en una reverencia bajando a la vez la varita hasta el suelo, como señal al parecer de acatamiento y sumisión a su Capitán.
Terminado esto, daba media vuelta y adelantaba unos pasos ya convenidos previamente, en la medida que avanzaba también el Capitán, y repitiendo esta acción durante todo el recorrido que era desde la Plaza de la Iglesia, Empedrat, Manuel Soler, Ravalet, hasta llegar a les Eres, donde estaba el castillo, justo delante de la fuente (la que actualmente está en la glorieta de España). Llegadas las Rodellas con sus capitanes, se daba por finalizado, cerrando el acto las Abanderadas y Embajadores.
Hay que tener en cuenta que este acto se hacía a un ritmo algo acelerado, ya que a cada disparo tenía que avanzar la Rodella, y por lo tanto, su Capitán.
Como comentaba anteriormente, no conocemos el año en que desapareció este singular personaje, pero se pude afirmar que coincidió con la disolución de la Sociedad de Comparsas de Moros y Cristianos, sobre los años 20 del pasado siglo. Un cargo, sin duda que había que recordar y darlo a conocer a todo aquel que no supiese de su existencia.
Para terminar, comentar que la imagen que hay al principio, corresponde al escudo que llevó la Rodella por la comparsa Garibaldinos, Rita Rico Guillem, (hija de Bautista Rico Hernández, "Batiste de la Plaça de Bous"), en el año 1900. Sin duda, una joya digna de conservarse, y de ser expuesta, tanto por su antiguedad, como por lo que significa, y por el valor de la imagen, una pintura al óleo, de la Virgen de los Desamparados pintada por un ibense, D.Miguel Pina Pérez (el tío Miquel el Pintor).
Desde febrero de 2015, el escudo se encuentra expuesto en la planta superior del Museo de la Fiesta, gracias a la cesión que realizó Julio Ramón Domenech Sanjuán, nieto de Rita Rico Guillem.
Desde aquí os animo a todos a visitar el Museo, y admirar esa joya de la historia festera ibense.
Ibi-bloggers, como siempre, un saludo.
Fuente: Tanto las fotografías como la información la he obtenido de un artículo de Feranando García Esteve, que aparece en el libro de Fiestas de Moros y Cristianos de 1982.
Interesante artículo amigo Raúl. Es una prueba de que la Fiesta y las tradiciones en general son algo vivo, sujeto a cambios (y no hace falta rasgarse las vestiduras cada vez que se sugiere alguna variación).
ResponderEliminarPor cierto ¿quedará algún o alguna ibense que recuerde todo esto de la Rodella?
Pues la verdad que no lo sé, Basseta, pero en el caso que quedase alguien que lo recordara, sería super interesante escuchar esos recuerdos.
ResponderEliminarPor si es de ayuda, en Castalla existe actualmente esta figura en las Fiestas. Se recuperó hace unos años, y es un niño o niña que porta un pequeño escudo con el anagrama de su comparsa. La función que desempeña es la de preceder a su capitán en los actos de disparo, realizando una genuflexión seguida de una vuelta y de otra genuflexión en cada disparo.
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